Este tratamiento suele ser requerido por personas, tanto mujeres como hombres, que presentan en su rostro arrugas, desde finas a profundas.
Esta técnica resulta muy efectiva al aplicarse sobre arrugas medianas generadas por la exposición solar. Asimismo, las marcas en la piel producidas por el acné, el envejecimiento y el tabaquismo pueden ser tratadas con este método, obteniéndose muy buenos resultados.
Para tratar aquellas arrugas conocidas como “patas de gallo” (las cuales son generadas por la contracción de los músculos) y para las arrugas ubicadas entre los ojos (líneas de expresión verticales en el entrecejo) se utiliza el Botox (toxina botulínica), logrando un efecto rejuvenecedor notable.
Ver: Verdad o mito: una arruga
Por medio de una solución de tipo ácido (por lo general, ácido tricloroacético de 35-50%), se induce a una renovación de las capas superiores de la piel. Estas se “pelan” y así se produce el desarrollo de nueva piel, más joven y suave. La técnica presenta solo leves molestias, gracias al bloqueo de los nervios faciales y de la anestesia aplicada en forma tópica.
En el caso de las arrugas o surcos más profundos o cicatrices producidas por el acné, una exfoliación química no suele ser suficiente. En cambio, el rejuvenecimiento mediante rayo láser o la dermoabrasión son alternativas más adecuadas.
Vale aclarar que todos los procedimientos mencionados implican el riesgo potencial de producir cambios en la coloración de la piel, ya sea una hiperpigmentación (aparecen zonas más oscuras) o una hipopigmentación (se presentan áreas más claras).
Leer Dr Troell en español: http://www.drtroell.com/es/
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