En la primera, el paciente es anestesiado en forma general. Se trabaja con cánulas de gran calibre y las incisiones que se practican tienen una medida de entre 10 y 15 mm de largo. Para remover la grasa, el médico cirujano realiza un único movimiento del brazo, a modo de vaivén.
Por otro lado, para llevar a cabo la segunda técnica, asistida por chorro de agua, se aplica anestesia intravenosa o local. Las cánulas que se utilizan son bastante más pequeñas que en la técnica anterior y las incisiones resultantes, de tan solo 1 o 2 mm, no necesitan ser suturadas. Para practicar este método, el médico utiliza ambas manos para separar la piel del músculo subyacente y así obtener un resultado más suave.
Con este procedimiento, el período de recuperación se acorta considerablemente, ya que al realizarse con cánulas de menor tamaño, los músculos no se ven afectados. Las molestias son mínimas y también se reduce mucho la aparición de hematomas.
Aunque con ambas técnicas es posible retirar la misma cantidad de grasa, la técnica asistida con chorro de agua presenta mayor seguridad. De hecho, en los reportes médicos a nivel internacional nunca se ha informado sobre ningún deceso al momento de implementar este tipo de procedimiento.
Leer Dr Troell en español: http://www.drtroell.com/es/
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